El Resveratrol parece que sólo es eficaz servido en COPA. Una dosis de 50 cl es mucho más eficaz que muchos miligramos de pastilla.
Un estudio realizado por Dipak Das, de la Universidad de Connecticut, Facultad de Medicina y Alberto Bertelli de la Universidad de Milán, que se encuentra listo para ser publicado en el “Journal of Cardiovascular Pharmacology”, ofrece una visión general del pensamiento actual sobre el tema mediante el análisis de diversos resultados epidemiológicos y estudios experimentales de los que se desprende que el consumo moderado de vino tinto mejora la salud cardiovascular.Das y Bertelli iniciaron el estudio porque, tal y como escriben en el informe, «la base experimental para las prestaciones de salud, no se entiende».Dipak Das anteriormente había sido autor de varios análisis que estudiaban la composición química de las uvas. En estos análisis, descubrió que el resveratrol, que se encuentra en el hollejo de la uva, así como los antocianos, que se encuentran en las semillas, son la razón principal que se encuentra detrás de los beneficios cardiovasculares.
Esto explicaría la evidencia de que el vino tinto ofrece mayores beneficios para la salud del corazón que el blanco ya que el vino tinto está en contacto con las semillas y las pieles durante la fermentación.La paradoja del resveratrol.La industria de la investigación química se enfrenta a un gran obstáculo cuando trata de desarrollar un producto farmacéutico con los componentes del vino tinto. Las investigaciones actuales indican que el resveratrol sintetizado en laboratorio debería ser ingerido en dosis muy altas para mostrar los efectos positivos asociados, de hecho, habría que ingerir el equivalente a beber decenas de cientos de botellas de vino por día.
Y sin embargo, el consumo moderado de vino tinto parece reducir el riesgo de ataques cardíacos, derrames cerebrales e incluso la enfermedad de Alzheimer. Por tanto nos encontramos ante una gran incógnita, ¿cómo hace efecto el resveratrol en el vino tinto, pero en dosis tan bajas?Después de examinar los resultados de 70 estudios diferentes, Das y Bertelli concluyeron que, mientras que en las pruebas de laboratorio el resveratrol tiene baja biodisponibilidad ,es decir, el cuerpo sólo puede absorber un pequeño porcentaje de la sustancia química, cuando se ingiere, otros componentes del vino con mayor peso molecular, a saber, la quercetina, puede «modular la actividad» del resveratrol, ayudando al cuerpo a absorber el compuesto y almacenarla en el hígado y los riñones para su uso posterior, lo que ofrece una gran biodisponibilidad cardiaca.